Cementerio

El cementerio municipal, cuyo origen es desconocido, cuenta con diversas características que han evolucionado a lo largo del tiempo.

En su interior se encuentra un edificio que alberga útiles de limpieza y aseos,  proporcionando comodidad a los visitantes del recinto. Uno de los elementos más representativos del lugar es la Cruz de los Caídos, que fue trasladada desde el plazolete hacia este cementerio a principios de los años 2000, en el marco de un proceso de reorganización y ampliación.

A principios de este mismo siglo, se llevó a cabo una expansión del cementerio, duplicando su capacidad original. Esta ampliación permitió la construcción de nuevas sepulturas, todas ellas de un diseño uniforme, alineadas de manera ordenada, así como nichos en las paredes, que proporcionan una opción más compacta y eficiente de sepultura. Además, en esta nueva zona se incorporó un área de columbarios, destinada a aquellos que optan por la incineración.

Estas modificaciones, junto con la adición de nuevas instalaciones, dan cuenta de la adaptación del cementerio a las necesidades y costumbres funerarias contemporáneas, reflejando tanto la tradición como los cambios sociales en torno a la memoria y el descanso eterno.